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La ciencia del estornudo: un reflejo más potente y complejo de lo que parece

Un análisis sobre el mecanismo del estornudo, un potente reflejo corporal para despejar las vías respiratorias que puede propagar gérmenes y conlleva riesgos si se reprime.

El estornudo es una expulsión súbita e involuntaria de aire desde los pulmones a través de la nariz y la boca. Este acto, comúnmente asociado a resfriados o alergias, es en realidad un complejo reflejo de protección diseñado para despejar las vías respiratorias de partículas irritantes como polvo, polen o agentes químicos presentes en el ambiente.

Aunque su función principal es defensiva, el estornudo es también una de las vías más eficaces para la propagación de infecciones respiratorias. Un solo estornudo puede generar aproximadamente 20.000 gotículas cargadas de virus y contener cerca de 100.000 gérmenes, los cuales permanecen suspendidos en el aire hasta ser inhalados por otra persona. En términos de dispersión, expulsa una cantidad de partículas significativamente mayor que la tos.

El mecanismo de un estornudo

El proceso comienza cuando la mucosa nasal detecta una irritación y envía una señal al cerebro. En respuesta, se desencadena una orden de contracción coordinada que involucra a múltiples grupos musculares, desde el esófago hasta el esfínter. Los músculos del abdomen, el diafragma, el pecho, los pulmones e incluso los párpados trabajan en conjunto para generar la fuerza necesaria y expulsar el agente irritante del sistema respiratorio.

Causas comunes y desencadenantes inusuales

Las causas más frecuentes de los estornudos incluyen alergias al polen, moho o caspa de animales, así como infecciones virales como el resfriado común o la gripe. Sustancias irritantes como el polvo, la contaminación atmosférica, el aire seco o ciertos alimentos picantes también pueden provocar este reflejo.

Existen, sin embargo, otros factores menos conocidos que pueden inducir un estornudo. Entre ellos se encuentran la exposición a una luz brillante, una condición conocida como estornudo fótico. Otras causas pueden ser tener el estómago muy lleno, factores psicológicos (estornudo psicógeno) y, en raras ocasiones, incluso pensamientos de naturaleza sexual.

Los peligros de contener la explosión

La fuerza generada durante un estornudo es considerable. Los científicos estiman que el aire es expulsado de los pulmones a una velocidad aproximada de 150 km/h. La contención de esta potente liberación de energía, ya sea tapándose la nariz o cerrando la boca, no es recomendable. Aunque el riesgo de complicaciones es bajo, los efectos adversos pueden ser serios e incluir desde la ruptura de un tímpano y daños en el oído medio hasta lesiones en el diafragma o el debilitamiento y ruptura de vasos sanguíneos en el cerebro.

Mitos y realidades

Existen varias creencias populares en torno al acto de estornudar. Una de las más extendidas es la imposibilidad de hacerlo con los ojos abiertos. En realidad, el cierre de los párpados es un reflejo autónomo, un movimiento inconsciente que podría servir como mecanismo de protección para evitar que las partículas expulsadas entren en los ojos. Sin embargo, no ocurre nada perjudicial si se logra mantenerlos abiertos.

Otra idea común es que el corazón se detiene momentáneamente. Esto es falso. El corazón no deja de latir, pero el aumento de la presión en el pecho debido a la contracción muscular puede alterar brevemente el flujo sanguíneo, lo que a su vez puede causar una leve y pasajera modificación en el ritmo cardíaco.

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