Hafþór Júlíus Björnsson, el actor islandés que dio vida al imponente personaje de 'La Montaña' en la serie Juego de Tronos, ha demostrado que su extraordinaria fuerza no es producto de la ficción. Como atleta profesional, ha consolidado su reputación en el mundo del deporte de fuerza, estableciendo recientemente un nuevo récord en la disciplina de peso muerto.
Su trayectoria en esta especialidad alcanzó un punto culminante en 2020, cuando levantó 501 kilogramos, superando por un kilogramo la marca anterior de Eddie Hall. Sin embargo, Björnsson ha continuado superando sus propios límites. Recientemente, en el Campeonato Mundial de Peso Muerto, elevó la marca a 510 kilogramos, reafirmando su dominio en la disciplina.
Del Baloncesto a las Leyendas Vikingas
Nacido en Reikiavik en 1988, la carrera deportiva de Björnsson comenzó en el baloncesto, pero una serie de lesiones lo obligaron a retirarse prematuramente. Fue entonces cuando enfocó su entrenamiento en el desarrollo de la fuerza, una cualidad que lo llevaría a competir en los circuitos de 'El Hombre Más Fuerte del Mundo' entre 2011 y 2015.
Uno de sus logros más notables ocurrió en 2015, cuando rompió un récord inspirado en una leyenda nórdica de más de mil años. Björnsson logró levantar un peso equivalente al que, según el mito, cargó el vikingo Ormur hinn sterki Stórólfsson al llevar sobre su espalda el mástil de un barco. A diferencia del legendario vikingo, cuya espalda se habría roto bajo la carga, el atleta moderno completó la hazaña sin lesiones gracias a su técnica y preparación.
La Ciencia Detrás de una Fuerza Excepcional
La capacidad para movilizar cargas tan extremas ha sido objeto de análisis científico. El cuerpo humano generalmente no utiliza la totalidad de su capacidad muscular para conservar energía. Sin embargo, en situaciones de alto estrés o peligro, el cerebro puede activar la llamada respuesta de 'lucha o huida', liberando hormonas como la adrenalina, que redirigen la energía a los músculos y permiten alcanzar niveles de fuerza superiores a los normales.
Se ha observado que los atletas sometidos a entrenamientos de resistencia extrema también liberan grandes cantidades de adrenalina, simulando un efecto similar sin una amenaza presente. A esto se suman las adaptaciones fisiológicas. Un estudio de 2024 sobre el atleta Eddie Hall reveló que sus músculos presentaban un desarrollo excepcional. Por ejemplo, ciertos músculos que conectan la rodilla con la pelvis eran hasta tres veces más grandes que el promedio en hombres no entrenados, mientras que sus cuádriceps e isquiotibiales duplicaban el tamaño estándar. Estas condiciones físicas, combinadas con un entrenamiento riguroso, son las que permiten a atletas como Hafþór Júlíus Björnsson alcanzar hazañas que parecen sobrehumanas.