El punto culminante de un largo camino
En 2023, Robert Downey Jr. alcanzó uno de los mayores reconocimientos de la industria cinematográfica al recibir el Oscar a mejor actor de reparto por su trabajo en “Oppenheimer”. Este premio no solo representa un hito en su carrera, sino también la culminación de una vida definida por la adversidad, las dificultades con el sistema judicial y una notable redención.
Un declive marcado por la adicción y la justicia
La prometedora carrera del actor comenzó a desmoronarse a mediados de la década de 1990, eclipsada por problemas legales derivados del consumo de drogas. En 1996, fue detenido por conducir bajo los efectos de sustancias ilícitas; las autoridades encontraron en su posesión heroína, cocaína y un revólver Magnum calibre .357. Como resultado, fue condenado a tres años de libertad condicional y se le ordenó someterse a controles periódicos.
La situación se agravó en 1997, cuando incumplió uno de los controles y fue sentenciado a 113 días de prisión. A pesar de contar con más de 30 películas en su filmografía, sus problemas personales continuaron. En agosto de 1999, compareció ante la Corte Superior de Malibú, donde un juez, escéptico ante sus repetidos fracasos en programas de rehabilitación, le dictó una condena de tres años de prisión. Su abogado argumentó que el actor había estado expuesto a sustancias desde una infancia difícil, pero no logró evitar la sentencia.
Downey Jr. describió su tiempo en un centro de clasificación penitenciario como “el lugar más peligroso” en el que había estado. Cumplió doce meses de su condena antes de ser liberado en agosto de 2000.
El largo camino a la recuperación
Su salida de prisión no significó el fin de sus problemas. Cuatro meses después, fue nuevamente arrestado en Palm Springs por posesión de cocaína y Valium. Sin embargo, la industria le ofreció nuevas oportunidades. Fue contratado para la serie “Ally McBeal”, un papel que le valió un Globo de Oro y un salario de casi 95.000 dólares por episodio.
No obstante, en la primavera de 2001 sufrió otra recaída. Fue encontrado descalzo y bajo los efectos de las drogas, lo que llevó a su despido de la serie y a un nuevo ingreso en rehabilitación. Fue tras su salida, en marzo de 2002, cuando la justicia reconoció por primera vez sus avances. El apoyo de figuras como el actor y director Mel Gibson fue fundamental en esta etapa. Gibson lo eligió para protagonizar “The Singing Detective” y se responsabilizó personalmente ante las productoras para garantizar su compromiso.
Un punto de inflexión en su vida personal ocurrió durante el rodaje de “Gothika”, donde conoció a Susan Levin, una ejecutiva de producción que se convertiría en su esposa y en un pilar clave para su estabilidad.
Consagración en Hollywood
El regreso profesional de Robert Downey Jr. se consolidó con su interpretación de Tony Stark en la saga de Marvel, un papel que lo catapultó al estrellato internacional y lo convirtió en uno de los actores mejor remunerados del mundo. A este éxito le siguieron otros proyectos de alto perfil como “Sherlock Holmes” y “Dolittle”.
La consagración definitiva llegó a sus 58 años con “Oppenheimer”. Además del Oscar, su actuación le valió un Globo de Oro, un BAFTA, un premio del Sindicato de Actores (SAG) y un Critics’ Choice Award. Durante su discurso de aceptación en la ceremonia de los Oscar, agradeció a su esposa y a su abogado, reconociendo con humor y gratitud a quienes lo apoyaron durante sus momentos más difíciles y subrayando que el camino hacia el éxito rara vez se recorre en solitario.