El actor Josh Brolin fue el invitado inaugural en el nuevo pódcast del crítico de cine Kevin McCarthy, On Film With Kevin McCarthy, donde ofreció una profunda reflexión sobre su carrera, la industria y su visión del arte cinematográfico.
Durante la conversación, Brolin enfatizó la necesidad de preservar la autenticidad y la conexión humana, valores que, según él, son cada vez más escasos en Hollywood. Sostuvo que el verdadero éxito no se mide en premios o recaudación, sino en mantener la integridad creativa. “No quiero que me pongan en una caja”, afirmó, rechazando las clasificaciones convencionales como “protagonista” o “actor de carácter”.
La película “Weapons” y el arte de la edición
Uno de los puntos centrales del diálogo fue su más reciente película, Weapons, que protagoniza y produce. Brolin elogió el trabajo del director Zack Cregger por su habilidad para mezclar géneros como el horror y la comedia con precisión. “Logra asustar y hacer reír al público casi en el mismo instante”, explicó.
El actor también destacó el papel crucial del montaje en el resultado final de una producción. “La sala de edición es la mitad del arte de hacer películas”, aseguró. Recordó que figuras como el director David Fincher elogiaron el guion de Weapons, llegando a calificar una de sus líneas como “la mejor de la historia del cine para adultos”.
Vulnerabilidad y colaboraciones
En un plano más personal, Brolin habló sobre su evolución, reconociendo que durante años intentó responder a un modelo de masculinidad que no representaba su verdadera personalidad. Mencionó haber aprendido a aceptar un lado más sensible y se mostró orgulloso del crecimiento y la empatía de sus hijos. “Me llena de orgullo ver cómo mis hijos serán mejores que yo”, confesó.
El intérprete repasó su relación con cineastas destacados como los hermanos Coen, Denis Villeneuve y Oliver Stone, pero puso un énfasis especial en la labor de los equipos técnicos. “Sin ellos, no tendríamos nada”, subrayó, mencionando rodajes como Sicario y Dune, donde los lazos profesionales trascendieron a la amistad.
Finalmente, Brolin expresó su escepticismo sobre la idea de la inmortalidad personal a través del cine. Para él, el verdadero legado reside en las obras capaces de trascender y provocar reflexión en nuevas generaciones. “No pienso tanto en mí, sino en el conjunto de personas que crean una película desde cero”, concluyó, reiterando que el arte y la conexión humana son los fundamentos de su trabajo.