Un papel, dos destinos
En la industria del entretenimiento, una sola audición puede alterar el curso de una carrera profesional. Este fue el caso del papel protagónico en el thriller de 1996 “Las dos caras de la verdad” (“Primal Fear”), un momento que lanzó al estrellato a Edward Norton y que, para Pedro Pascal, representó el inicio de un largo camino hacia el reconocimiento.
La película, basada en una novela de William Diehl, narra la historia de un abogado que defiende a un joven monaguillo acusado de asesinar a un arzobispo. Pedro Pascal, entonces un actor desconocido, audicionó para el complejo papel del acusado. Sin embargo, el rol fue asignado a Edward Norton, quien con esta actuación realizó su debut cinematográfico.
El ascenso de Norton y la espera de Pascal
La interpretación de Norton fue aclamada por la crítica y el público, valiéndole una nominación al Oscar como Mejor Actor de Reparto y un lugar destacado en Hollywood. Aunque el premio fue para Cuba Gooding Jr. por “Jerry Maguire”, la nominación consolidó a Norton y le abrió las puertas a proyectos icónicos como “American History X” y “El club de la lucha”, convirtiéndolo en una de las figuras más relevantes de su generación.
Para Pascal, en cambio, el rechazo marcó el comienzo de un período de inestabilidad profesional que se extendió por casi una década. Durante años, obtuvo roles menores y esporádicos, como una aparición en la serie “Buffy, cazavampiros”, mientras enfrentaba largos periodos de desempleo. “Hice una audición en Nueva York y luego fui a Los Ángeles. No me la dieron y estuve desempleado unos diez años”, comentó Pascal sobre esa etapa de su vida, la cual forjó su perseverancia ante las dificultades de la industria.
Consagración tardía y realidades actuales
Mientras la carrera de Norton se consolidaba, la de Pascal avanzaba con lentitud. No fue sino hasta años más tarde que el actor de origen chileno alcanzó notoriedad global con su papel de Oberyn Martell en “Juego de tronos”, seguido de protagónicos en producciones de alto perfil como “The Mandalorian” y “The Last of Us”, que finalmente lo establecieron como una estrella internacional.
En la actualidad, las trayectorias de ambos actores reflejan las distintas rutas que puede tomar una carrera en Hollywood. Pedro Pascal disfruta de un momento de máxima exposición, con varios proyectos cinematográficos en desarrollo. Edward Norton, por su parte, mantiene una carrera activa y respetada, aunque con un perfil público más bajo, seleccionando proyectos que se alinean con sus intereses artísticos, como el reciente biopic sobre Bob Dylan, “A Complete Unknown”. La historia de ambos evidencia cómo un solo momento puede definir legados de formas drásticamente diferentes.