Tras el éxito de su película biográfica de 2022, el director Baz Luhrmann presentó en el Festival Internacional de Cine de Toronto una nueva obra centrada en la figura de Elvis Presley. El proyecto, titulado EPiC: Elvis Presley in Concert, es definido por Luhrmann como un “poema cinematográfico” que fusiona imágenes de concierto nunca antes vistas con grabaciones del propio artista reflexionando sobre su vida.
El filme se construye exclusivamente con la voz de Presley y su círculo cercano, eliminando narradores externos para ofrecer una perspectiva personal. Combina la estructura de una película de concierto con la profundidad de un retrato íntimo, utilizando material restaurado de la residencia del cantante en Las Vegas en 1970 y de su gira de 1972. La recepción en el festival fue marcadamente positiva, con ovaciones de pie y una respuesta entusiasta del público, lo que sugiere un potencial interés de distribuidoras, aunque aún no se ha anunciado ninguna.
“Lo que pienses de Elvis o de su música no importa. A la gente le gusta”, comentó Luhrmann tras la proyección. “Había una especie de calidez emocional en la persona, no en el icono, que era muy real”.
La búsqueda del material inédito
El proceso para realizar EPiC implicó una extensa investigación de archivos. El equipo de producción localizó 69 cajas con 59 horas de negativos en instalaciones de almacenamiento de Warner Bros. en minas de sal de Kansas, un lugar elegido por sus condiciones óptimas para la preservación de celuloide. Adicionalmente, se descubrieron tomas en formato Super 8 nunca antes vistas en los archivos de Graceland.
Según Luhrmann, la fase de búsqueda tuvo un costo aproximado de 200.000 dólares. Entre el material recuperado se encontraron 40 minutos de Presley hablando sobre su carrera y su vida, lo que inspiró al director a estructurar la película en torno a la perspectiva del propio artista.
Restauración con tecnología de vanguardia
Una parte significativa de las imágenes recuperadas carecía de sonido. Para solucionar este problema, Luhrmann colaboró con el director Peter Jackson y su compañía, Park Road Post Production. Utilizando técnicas avanzadas de restauración e inteligencia artificial, lograron replicar la voz de Presley y sincronizarla con el material visual. El audio se complementó con grabaciones de archivo existentes y el trabajo de expertos de la discográfica RCA.
El tratamiento sonoro también incluyó la actualización de la instrumentación de algunas canciones. Por ejemplo, en Nashville se grabaron nuevos arreglos de góspel para temas como “Oh Happy Day”, con el objetivo de enriquecer la experiencia auditiva y emocional del filme.
Lejos de la imagen de un artista en declive, el documental muestra a un Presley en plena forma física y vocal durante su etapa en Las Vegas. Se le observa conectado con su banda y el público, interpretando no solo sus éxitos, sino también versiones de temas como “Runaway” de Del Shannon, “Bridge Over Troubled Water” de Simon & Garfunkel y “Something” de The Beatles, demostrando su versatilidad e innovación en el escenario.
El filme se enfoca tanto en su faceta musical como en su lado humano, en un momento en que el artista, según el director, buscaba un nuevo sentido para su carrera tras una intensa agenda de giras. Luhrmann concluyó con una reflexión sobre el legado del cantante, comparando su magnetismo con el del personaje mitológico Orfeo: “Era un cantante tan talentoso que hasta las rocas y piedras lo seguían, y Elvis era así”.