El estreno global de "El refugio atómico" marca una nueva incursión de Netflix en la ficción psicológica y la ciencia ficción, bajo la dirección de Álex Pina y Esther Martínez Lobato, reconocidos por su trabajo en "La casa de papel". La serie se centra en el lujoso y claustrofóbico Kimera Underground Park, un búnker donde un grupo de multimillonarios se ve forzado a convivir tras el estallido de una crisis de escala mundial.
La trama propone una constante tensión social y psicológica, evidenciando cómo el privilegio económico no es inmune a los conflictos ni a los resentimientos. Dos familias antagónicas, con heridas previas, encabezan un reparto coral que examina la naturaleza humana bajo una presión extrema. Álex Pina, co-creador de la serie, comentó que la idea surgió durante la pandemia, buscando "un búnker como escenario perfecto para una serie con mala leche, con una ironía negra, poderosa y de nuevo con gran ambigüedad de personajes".
Entre los talentos destacados se encuentra Joaquín Furriel, quien interpreta a uno de los patriarcas de las familias en conflicto, resaltando la dinámica opresiva del Kimera Underground Park. La presencia del actor aporta autoridad y una intensa carga emocional a su papel. Furriel encarna a un hombre marcado por recuerdos trágicos, cuyas decisiones y silencios influyen en las alianzas y traiciones que emergen dentro del grupo. El actor, reconocido por papeles de gran intensidad, suma con esta producción un trabajo internacional relevante, consolidando su conexión con audiencias globales.
Natalia Verbeke es una parte fundamental de la otra familia central en conflicto dentro del búnker. Su personaje representa un contrapunto emocional y estratégico a Furriel, ubicándose en el centro de decisiones que afectan al resto del grupo y activando varios de los detonantes de la trama, especialmente aquellos relacionados con el pasado traumático que une y separa a ambas familias. Con una amplia trayectoria en producciones iberoamericanas, Verbeke despliega una variada gama de matices interpretativos, intensificando las escenas de mayor conflicto psicológico y vinculación afectiva. La sinopsis oficial describe a las personalidades de los personajes como "cargadas de ácido sulfúrico", lo que augura enfrentamientos y alianzas inesperadas en el entorno claustrofóbico.
En el Kimera Underground Park también figura Agustina Bisio, quien debuta en una gran producción internacional en el rol de Mimi. Su personaje se sitúa entre las nuevas generaciones atrapadas en el encierro, aportando perspectivas frescas y desafiando la dinámica establecida por los adultos. Los directores explicaron que el proceso de casting fue exigente, buscando actores que ofrecieran matices genuinos. El aporte de Bisio es esencial para romper la rigidez de las relaciones adultas y generar nuevos ejes de conflicto y esperanza en la narrativa, ofreciendo una visión menos marcada por las heridas del pasado y más orientada a la supervivencia cotidiana.
A diferencia de los relatos tradicionales sobre catástrofes y encierro, "El refugio atómico" se focaliza en cómo el aislamiento extremo revela las verdaderas fracturas personales y familiares, más allá del lujo exterior. Martínez Lobato comentó que hay una crítica a la falta de reflexión sobre las propias capacidades en situaciones límite. Este laboratorio dramático se complementa con una ambientación exclusiva y el control permanente de una inteligencia artificial llamada Roxanne, un elemento que incrementa la tensión y aporta un distintivo fondo de ciencia ficción.
El estreno global de la serie tuvo lugar el 19 de septiembre y ya figura entre las producciones más vistas en diversos territorios. Es una propuesta que invita a reflexionar sobre cómo, incluso rodeados de privilegios, nadie está realmente a salvo de sí mismo.
