Ed Sheeran, una de las figuras más influyentes de la música pop contemporánea, ha adoptado una filosofía que valora la normalidad y la aceptación del error como pilares de su vida. En una entrevista con la revista Vanity Fair, el artista británico detalló cómo la paternidad y una serie de experiencias difíciles han transformado su perspectiva sobre el éxito y la felicidad, manteniéndose alejado de los arquetipos de la superestrella.
A sus 34 años, y a pesar de vender millones de discos y llenar estadios en todo el mundo, Sheeran afirma que continúa identificándose como “ese tipo con la guitarra que solía tocar en los pubs”. Actualmente reside con su familia en Italia, donde es padre de dos hijas, a quienes busca transmitir la importancia de aprender del fracaso y encontrar valor en los gestos cotidianos. “Practico soñar todos los días. Me considero un fracaso constante. Pero así es como se construye el éxito”, afirmó.
La conversación, realizada en la capital italiana, reveló el equilibrio que el músico procura mantener entre su carrera y su vida privada. Adquirió una propiedad en la región de Umbría, un refugio donde disfruta de la calma y la cultura local. “Puedo llevar una vida tranquila, aunque sean unas semanas”, comentó, subrayando su aprecio por un ritmo de vida alejado de las presiones de la industria musical.
Eventos recientes han impactado profundamente a Sheeran. La pérdida de su amigo, el productor musical Jamal Edwards, en 2022, reforzó su entendimiento sobre la fragilidad de la vida y la necesidad de aceptar sus altibajos. “Aprendí que hay altibajos. Ninguna vida es segura, nadie es perfecto. Hay que aceptarlo”, reflexionó el artista.
La paternidad ha sido un factor decisivo en su desarrollo personal. Sheeran explicó que el nacimiento de sus hijas lo llevó a replantear la importancia del tiempo en familia, adaptando su agenda para minimizar las ausencias. “Antes viajaba por el mundo; los viajes eran oportunidades para visitar lugares o simplemente relajarme. Ahora lo hago todo en 24 horas como máximo, y luego vuelvo a casa”, confesó, manifestando además su preocupación por el futuro que heredarán las nuevas generaciones.
Uno de los ejes de su filosofía es la convivencia con el error. Sheeran considera fundamental enseñar a sus hijas y a los músicos jóvenes a no temer a la imperfección. “Al principio, el miedo a equivocarme me paralizaba: un mal concierto, un mal sencillo, incluso la dificultad de escribir”, recordó. Para él, el éxito profesional es una herramienta, pero el verdadero logro es personal. “El éxito es una herramienta para la felicidad; hace la vida más cómoda. Pero el verdadero éxito es personal”, sostuvo.
En el ámbito profesional, Sheeran subraya el valor de la autenticidad y prefiere los conciertos en solitario, sin grandes producciones, un formato que le recuerda sus inicios. Describe este enfoque como su particular “venganza de los normales”, una reivindicación de la gente común que alcanza metas extraordinarias. También mencionó la importancia de la amistad con colegas como Taylor Swift, con quien mantiene conversaciones más personales que profesionales.
Respecto a su proceso creativo, reveló que se permite escribir sin autocensura, aceptando que no todas las ideas serán un éxito inmediato. Canciones como “Bad Habits” tardaron meses en ver la luz, un ejemplo de su perseverancia. “Tenemos que dejar de prestar tanta atención a los fracasos; siempre hay una salida”, aconsejó.
Actualmente, Ed Sheeran explora nuevos desafíos, incluyendo colaboraciones con compositores indios y el desarrollo de un musical y una película. Insiste en que, a pesar de haber superado sus propias expectativas, es clave seguir soñando. “La clave es no cruzarse de brazos. No se trata de codicia ni ambición, sino de variedad”, concluyó.