En una jornada destacada del Gran Premio de Azerbaiyán, la escudería Williams celebró un logro significativo al conseguir su primer podio bajo el liderazgo de James Vowles como director de equipo. El piloto Carlos Sainz finalizó en la tercera posición, una carrera que vio a Max Verstappen de Red Bull en el primer puesto y a George Russell de Mercedes en el segundo.
Para Sainz, quien suma cuatro victorias en la Fórmula 1 y 27 podios previos, este resultado en Bakú tuvo un valor emocional particular. El piloto español calificó este logro como el "mejor podio de mi carrera", una declaración que subraya la importancia de esta primera alegría con la histórica escudería de Grove.
El hito no pasó desapercibido en el entorno de la Fórmula 1. Toto Wolff, jefe de Mercedes y antiguo colega de Vowles en el equipo de Brackley, extendió sus felicitaciones de una manera peculiar. Envió a Vowles una bolsa de regalos que incluía una botella de champán y otros obsequios. Este detalle estuvo acompañado de un mensaje escrito a mano que decía: "¡Maldito afortunado! Felicidades por tu primer podio como jefe de equipo", un gesto cargado de humor que refleja la buena relación entre ambos.
Por su parte, George Russell, quien ocupó la segunda posición en la carrera, también reconoció el desempeño de su antiguo equipo y del compañero de podio. "En primer lugar, felicidades a Carlos y a Williams. Es un resultado increíble para ellos", declaró el piloto británico tras la competencia.
James Vowles asumió el cargo de director de Williams a principios de 2023, después de una trayectoria de 13 años en Mercedes, donde alcanzó el puesto de director de estrategia. Durante ese tiempo, trabajó estrechamente con Wolff, forjando una relación de respeto y confianza que perdura. Vowles ha compartido previamente anécdotas sobre la influencia de Wolff en su carrera, recordando con humor un consejo de su mentor: "Creo que su consejo fue: ‘¡No seas una...!’. ¡Y eso es lo que intento hacer!", comentó entre risas en una entrevista pasada.
El podio de Sainz no solo representa un avance para Williams, sino que también simboliza el fruto del arduo trabajo de Vowles y su equipo. Aunque la escudería aún aspira a competir regularmente por victorias, este resultado en Bakú demuestra que el proyecto progresa y que la histórica escudería británica comienza a recuperar su lugar entre los protagonistas de la Fórmula 1.
