Dos mundos en colisión
La trama se desarrolla en el condado de Delaware, Pensilvania, y sigue dos líneas narrativas paralelas. Por un lado, Tom Brandis (Ruffalo), un ex sacerdote convertido en agente del FBI, lidera un grupo de trabajo para detener una ola de robos. Por otro, Robbie Prendergast (Tom Pelphrey), un padre soltero, utiliza su trabajo como recolector de basura para identificar y asaltar casas vinculadas al narcotráfico. El conflicto central surge cuando sus caminos se dirigen a una inevitable colisión.
El creador de la serie, Brad Ingelsby, explicó que la tensión reside en la empatía que generan ambos protagonistas: “Te preocupas por estos dos tipos. Quieres que Robbie escape y quieres que Tom obtenga una victoria. Pero sabes que eso no puede suceder”.
La búsqueda de autenticidad
Ingelsby, quien ya retrató esta región de Pensilvania en su trabajo anterior, se inspiró en parte en su propio tío, un ex sacerdote, para crear al personaje de Brandis. La elección de Ruffalo fue fundamental para el creador, quien buscaba un actor que pudiera encarnar la "humildad y la perspectiva específica" del personaje.
Ruffalo, por su parte, se sintió atraído por los matices del guion. Para dotar de realismo físico al personaje, el actor consideró aumentar entre 13 y 18 kilos, aunque finalmente se utilizó una prótesis. Su preparación incluyó la asesoría de un ex agente del FBI para asegurar la autenticidad en su interpretación. "Descubrí que la gente como Tom es buena por su compasión con la gente y su capacidad para entrevistarla", señaló Ruffalo sobre la construcción del rol.
Para el papel de Robbie Prendergast, el equipo buscaba un actor capaz de proyectar tanto la dureza de un criminal como la ternura de un padre. Tom Pelphrey, nominado al Emmy por “Ozark”, conectó con el personaje a través de su propia experiencia como padre. "Este tipo toma malas decisiones, pero cría a sus hijos solo, y es evidente que cualquier cosa cuestionable que haga es por el bien de ellos", explicó. Pelphrey también trabajó con un residente local para perfeccionar el acento característico de la zona.
Aunque los protagonistas rara vez coinciden en pantalla, la serie teje sus historias para abordar la realidad de la clase trabajadora y las circunstancias que moldean las decisiones de las personas. La propuesta de ‘Task’ trasciende el género al ofrecer una mirada compasiva sobre las motivaciones y dilemas a ambos lados de la ley. Un amigo exconvicto que participa en la serie le comentó a Ruffalo una idea que resume el espíritu del programa: "No hay excusas, pero siempre hay una razón".