En la actual gira que recorre América y Europa, el cantante colombiano Manuel Turizo ha difuminado la línea entre el escenario y su espacio personal. La puesta en escena es una réplica detallada de su propio apartamento, identificado con el número 201, que da nombre tanto a su nuevo disco como al tour.
Sobre una tarima con estructuras metálicas que simulan paredes, se despliegan los ambientes de una vivienda: una recámara, una sala y un comedor. Estos espacios no son meramente decorativos, sino que funcionan como escenarios dinámicos que cambian según el tono de la música. Durante las canciones más enérgicas de su repertorio, como “Los cachos”, Turizo y sus bailarines utilizan el área del comedor para crear una atmósfera de fiesta.
En contraste, para los momentos más introspectivos, el artista se traslada a la recámara. Sentado al borde de la cama, interpreta baladas sobre rupturas amorosas como “Culpables”, proyectando una imagen de mayor vulnerabilidad.
Esta producción, que el propio artista ha calificado como la más ambiciosa de su carrera hasta la fecha, tiene como objetivo conectar a sus seguidores con el proceso creativo detrás de su música. “Todo lo que soy como artista y lo que vivo, que es sobre lo que escribo, pasa en mi casa, en el 201”, explicó Turizo en una entrevista. Según el cantante, de su residencia en Miami han surgido las historias de “despechos, amores y borracheras” que inspiran sus composiciones.
El montaje del apartamento es, por tanto, una invitación para que el público acceda a los rincones íntimos donde nacen sus canciones, ofreciendo una experiencia que trasciende el concierto convencional para convertirse en una visita al universo personal del artista.