La carrera de Charlie Sheen ha sido un estudio de contrastes, con picos de riqueza sin precedentes en la industria televisiva seguidos por severas dificultades económicas. Su fortuna alcanzó su cénit durante su participación en la serie “Two and a Half Men”, donde se consolidó como el actor mejor pagado de la televisión estadounidense.
Según estimaciones de medios especializados, Sheen llegó a percibir 1,25 millones de dólares por episodio, además de ingresos adicionales por derechos de sindicación. En 2011, el año de su controvertido despido de la serie, sus ganancias anuales alcanzaron los 40 millones de dólares, de acuerdo con la revista Forbes. A esta cifra se sumaron aproximadamente 7 millones de dólares por su gira “Torpedo of Truth” y los pagos residuales de proyectos anteriores como “Spin City”.
Nuevos contratos y la gestión de la imagen
Tras su salida de la cadena CBS, Sheen protagonizó la serie “Anger Management” en FX. The Hollywood Reporter informó que su contrato le garantizaba entre 75 y 200 millones de dólares en utilidades si la producción alcanzaba ciertos umbrales de éxito comercial, aunque las cifras finales no fueron confirmadas públicamente.
El actor también capitalizó su alta exposición mediática en las redes sociales. Según la revista People, una asociación con la firma Ad.ly para publicaciones patrocinadas en Twitter le generaba entre 200 y 25.000 dólares por tuit, con un potencial de facturación cercano al millón de dólares anual. Su rápida popularidad en la plataforma le valió un récord Guinness por ser la persona que más rápido alcanzó el millón de seguidores.
Gastos, deudas y disputas legales
Sin embargo, su flujo de ingresos se vio erosionado por un elevado nivel de gastos y una serie de problemas legales. En una entrevista con el programa “Today Show”, Sheen admitió haber pagado “millones” a personas que amenazaban con revelar públicamente su diagnóstico de VIH. Esta situación tuvo un impacto significativo en su patrimonio, según análisis de la BBC y Forbes.
Paralelamente, enfrentó disputas con la agencia tributaria estadounidense (IRS). Documentos citados por Forbes y The Blast indicaron que en 2018 su deuda fiscal acumulada ascendía a casi 7 millones de dólares. El conflicto se resolvió finalmente con un acuerdo de pago de 3,3 millones.
La inestabilidad financiera también llevó al actor a solicitar una revisión de los pagos de manutención para sus exesposas, Denise Richards y Brooke Mueller, argumentando que sus deudas le impedían cumplir con los montos previamente establecidos. En octubre de 2021, un tribunal fijó sus obligaciones en “cero dólares”, según reportó People.
Reflexiones personales sobre el dinero y las relaciones
En su libro “The Book of Sheen”, el actor reflexionó sobre decisiones personales que contribuyeron a mermar su fortuna, como la adquisición de un sombrero de 30.000 dólares y un estilo de vida de excesos. Atribuyó su tendencia al gasto a un temor persistente: “Siempre estaba esa voz de duda, que era solo cuestión de tiempo antes de que todo desapareciera”, declaró a People.
Sus memorias también abordan el impacto de sus relaciones personales. Describió su matrimonio con Brooke Mueller como una decisión motivada por “soledad y miedo”, y la separación como un proceso “desordenado, doloroso y costoso” que afectó a sus hijos gemelos. En cuanto a su ruptura con Denise Richards, Sheen relató que la notificación de divorcio llegó mientras ensayaba un guion, describiendo el momento como una experiencia de abandono. Pese a los conflictos pasados, el actor ha afirmado en entrevistas recientes que su vínculo actual con Richards es “sólido” y con Mueller, “sostenible”.