El vigente campeón del mundo de Fórmula 1, Max Verstappen, participará este fin de semana en la 65ª edición de la Copa ADAC ACAS, una carrera de resistencia en el circuito de Nürburgring. Su participación, inusual para una figura de su calibre, no tiene como objetivo la victoria, sino la obtención de una licencia de alto nivel requerida para competir en las categorías más veloces del icónico trazado alemán.
La competencia es la séptima prueba de la temporada de la Nürburgring Langstrecken-Serie (NLS), un campeonato que se disputa exclusivamente en el Nordschleife, la sección más larga y desafiante del circuito. Las carreras de la NLS, como la de este fin de semana, suelen tener una duración de cuatro horas y se compite en equipos de varios pilotos.
Verstappen se unirá al equipo Lionspeed GP para pilotar un Porsche 718 Cayman GT4 CS en la categoría SP7. Se espera que alterne su participación entre dos vehículos del equipo para cumplir con los requisitos reglamentarios, compartiendo la conducción con otros pilotos, entre ellos su compañero en carreras de simulación, Chris Lulham.
El objetivo: una licencia, no un trofeo
La razón principal de la presencia de Verstappen es la necesidad de obtener el llamado Permiso DMSB Nordschleife (DPN) de nivel A. Esta licencia es un requisito indispensable para cualquier piloto que desee competir con vehículos de alta potencia, como los de la clase GT3, en este circuito. Actualmente, Verstappen solo posee el Permiso B.
Esta restricción implica que su vehículo deberá ser modificado para reducir su potencia. El Porsche Cayman GT4, que de serie produce 425 caballos de fuerza, deberá operar con poco más de 300 CV para cumplir con la estricta relación peso-potencia exigida a los pilotos sin el permiso de nivel superior. Esta limitación anula cualquier posibilidad real de que el neerlandés compita por la victoria en su clase.
Para ascender al Permiso A, Verstappen debe completar un mínimo de 14 vueltas y cubrir al menos el 20% de la distancia de carrera en dos vehículos clasificados durante el evento. El sistema de permisos, introducido en 2015 para mejorar la seguridad, obliga a los pilotos a ganar experiencia en coches más lentos antes de pasar a maquinaria más potente, promoviendo un mayor respeto en la pista.
Aunque el sistema es respaldado por muchos pilotos, también ha sido criticado por figuras como la leyenda de MotoGP Valentino Rossi, quien se ha negado a competir en el Nordschleife debido a lo que considera un obstáculo innecesario. El objetivo final de Verstappen es obtener la licencia para poder competir en la máxima categoría de GT3, posiblemente con su propio equipo en el futuro.