Tras su victoria en el Gran Premio de Italia, la agenda de Max Verstappen se ha mantenido intensa, dividida entre sus obligaciones inmediatas en la pista y su implicación en los proyectos a largo plazo de su equipo. Esta semana, el piloto participará en una competición en el circuito de Nürburgring Nordschleife en Alemania, un paso estratégico en su carrera que se suma a una visita clave a la división de motores de Red Bull en el Reino Unido.
El objetivo principal de Verstappen en Nürburgring es obtener el A-Permit, una licencia de competición necesaria para participar en eventos de alto nivel en el exigente trazado de más de 20 kilómetros, como las 24 Horas de Nürburgring. Para ello, competirá el sábado en una carrera de cuatro horas del campeonato NLS (Nürburgring Langstrecken-Serie), al volante de un Porsche 718 Cayman GT4 CS. El requisito es completar una distancia mínima para asegurar la certificación.
Esta incursión en las carreras de resistencia se produjo después de una visita a la fábrica de Red Bull Powertrains en Milton Keynes. Allí, Verstappen, acompañado por directivos del equipo, supervisó los avances en el desarrollo de la unidad de potencia que el equipo utilizará a partir de la temporada 2026, en asociación con Ford. El piloto fue informado por Ben Hodgkinson, director técnico del proyecto, sobre el estado de un programa que es considerado fundamental para el futuro del equipo en la Fórmula 1.
A pesar del trabajo avanzado en el simulador, Verstappen ha adoptado una postura cauta sobre las nuevas regulaciones. "Prefiero mantenerme reservado respecto al nuevo reglamento. No tiene sentido ser negativo o positivo; mejor esperemos y veamos qué pasa", declaró recientemente.
El desafío que representa para Red Bull fabricar su propio motor ha sido reconocido dentro y fuera del equipo. Laurent Mekies, jefe del equipo, admitió la magnitud de la tarea, coincidiendo con la descripción del director de Mercedes, Toto Wolff, quien afirmó que Red Bull tiene "el Everest que escalar".
"Sería ingenuo pensar que llegaremos y estaremos inmediatamente al nivel de Ferrari o Mercedes", reconoció Mekies. "Este reto es, en nuestra opinión, un desafío muy propio de Red Bull, y justamente eso es lo que nos encanta", añadió, subrayando la ambición que define al proyecto.
