Carlos Sainz consiguió un podio significativo para el equipo Williams en el Gran Premio de Bakú, un resultado que trasciende la mera clasificación y subraya una actuación estratégica y metódica. Este tercer puesto no solo representa un logro para el piloto, sino que también marca un hito importante para la escudería, que no alcanzaba los tres primeros lugares desde 2021.
El desempeño en Bakú se cimentó desde la sesión de clasificación, donde Sainz aseguró un sorprendente segundo lugar, aprovechando las características de la pista que favorecían al monoplaza FW47. Lo que en otras ocasiones había sido una limitación para Williams —la dificultad para maximizar el potencial del coche en una vuelta rápida— se convirtió en una ventaja decisiva en esta ocasión.
Partiendo desde la primera fila, el piloto español mantuvo un ritmo constante durante la primera fase de la carrera, logrando distanciarse de competidores como Liam Lawson y, crucialmente, ampliar su ventaja sobre los dos vehículos Mercedes. Su enfoque se caracterizó por una gestión inteligente de los neumáticos y una selección precisa de los momentos para incrementar el ritmo, un equilibrio que resultó fundamental.
Estrategia y Defensa en Pista
Aunque la presencia de Lawson en las posiciones delanteras contribuyó a mantener al pelotón a raya, la consistencia demostrada por Sainz en la primera mitad de la carrera reflejó su habilidad y las cualidades ya reconocidas por otros equipos. La defensa contra los Mercedes se tornó complicada, y George Russell, con una estrategia alternativa y un ritmo superior, logró superar al español.
No obstante, el verdadero éxito radicó en la capacidad de Sainz para asegurar el tercer escalón del podio, resistiendo la presión final de Andrea Kimi Antonelli. A pesar de la creciente amenaza del italiano con neumáticos duros, Sainz mantuvo una distancia constante de poco más de segundo y medio, impidiendo que Antonelli entrara en la zona de DRS y pudiera lanzar un ataque definitivo.
Este podio, que el propio piloto describió como una reivindicación tras un incidente similar el año anterior con Sergio Pérez, revivió la emoción en la sede de Grove. "No puedo describir lo feliz que estoy ahora mismo, así como la sensación. Es mejor incluso que mi primer podio", declaró Sainz al finalizar, enfatizando el valor de un fin de semana en el que todo funcionó a la perfección.
La temporada había presentado desafíos previos para Sainz, con incidentes como la elección incorrecta de neumáticos en Miami, una estrategia errónea en Imola o una colisión en Zandvoort que le costaron puntos valiosos. Sin embargo, en Bakú, cada aspecto, desde la clasificación diseñada para superar problemas de gestión de neumáticos hasta una carrera sin incidentes, se ejecutó sin fallos.
"Hemos estado luchando duro todo el año y hoy hemos demostrado que cuando tenemos la velocidad y todo va bien, podemos hacer cosas fantásticas", afirmó Sainz. "Hoy no hemos cometido errores, lo hemos ejecutado todo a la perfección y hemos conseguido batir a coches que ayer no esperaba poder batir. Estoy muy orgulloso de todos en Williams". Concluyó que, pese a la mala suerte previa, este podio es una prueba de que "hay que seguir creyendo en uno mismo y en el equipo, porque tarde o temprano los resultados llegarán".
