Una tragedia en la plaza reabre una vieja controversia
La muerte de un joven torero portugués, de apellido Trindade, durante una corrida en Lisboa ha vuelto a situar la tauromaquia en el centro del debate público. El torero falleció tras ser embestido por un toro, un suceso que ha reavivado las críticas de organizaciones defensoras de los derechos de los animales que exigen la prohibición definitiva de esta práctica.
Tras el incidente, el torero fue atendido en la enfermería de la plaza y posteriormente trasladado de urgencia a un hospital local, donde fue ingresado en coma inducido. Pese a los esfuerzos médicos, las graves lesiones cerebrales resultaron irreversibles, y se confirmó su fallecimiento en el centro hospitalario.
Mientras el mundo taurino portugués lamentó la pérdida de quien consideraban una promesa dentro de los forcados —una figura tradicional en las corridas de ese país—, en el ámbito público la noticia avivó la discusión sobre la continuidad de un espectáculo que implica un alto riesgo para los humanos y un sufrimiento documentado para los animales.
Los críticos de la tauromaquia argumentan que la práctica se fundamenta en un ritual de maltrato animal. Sostienen que el toro es debilitado deliberadamente con heridas profundas antes de su muerte, convirtiendo su agonía en un espectáculo. En este caso, la fuerza de un animal de 760 kilogramos resultó fatal para el torero, un desenlace que los activistas califican como una tragedia que evidencia la naturaleza violenta de la tradición.
El estatus legal de las corridas en otras naciones
El debate sobre la prohibición de la tauromaquia se extiende más allá de Europa. En Colombia, por ejemplo, una ley recientemente sancionada pondrá fin a esta práctica heredada de la época colonial. La Ley 2385 de 2024, conocida como “No más olé”, establece que a partir de 2027 quedarán prohibidas las corridas de toros, novilladas, rejoneo y becerradas en todo el territorio nacional.
La norma colombiana contempla un periodo de transición de tres años, durante el cual el gobierno deberá diseñar e implementar planes de reconversión laboral para las personas que dependen económicamente de esta actividad, así como proponer nuevos usos para las plazas de toros. Sin embargo, la prohibición no afectó a las tradicionales “corralejas”, otra forma de festejo popular con toros.