El Gobierno de Donald Trump se prepara para anunciar hallazgos que vinculan el consumo de paracetamol durante el embarazo con un riesgo elevado de autismo. La filtración de esta información sugiere que las pesquisas se basan en estudios de instituciones como el Hospital Mount Sinaí y la Universidad de Harvard, aunque la comunidad científica ya ha investigado extensamente esta posible conexión.
El paracetamol, conocido comercialmente como Tylenol en Estados Unidos, ha sido objeto de una prolongada evaluación científica debido a su posible impacto en el desarrollo neurológico fetal cuando se consume durante el embarazo. A pesar de la abundancia de estudios sobre el tema, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) continúan considerándolo la alternativa farmacológica más segura para el tratamiento del dolor y la fiebre en gestantes.
La persistencia de su recomendación se fundamenta en varias razones. Una proporción significativa de los estudios existentes presenta **debilidades metodológicas** o no ha considerado factores de confusión relevantes. Aquellos con diseños robustos suelen identificar una **relación mínima** entre el fármaco y los trastornos neurológicos. Además, la mayoría de las preocupaciones se centran en el consumo sostenido, no en el uso puntual. Por tanto, ante la ausencia de alternativas superiores, su empleo se limita a situaciones de estricta necesidad. En este contexto, la filtración sobre la administración Trump indica la posible presentación de una alternativa.
Mecanismo de Acción del Paracetamol
El paracetamol, o acetaminofén, ejerce su efecto al **inhibir la síntesis de prostaglandinas**, compuestos cruciales en numerosos procesos biológicos, incluyendo la percepción del dolor y la elevación de la temperatura corporal como parte de la respuesta inmunitaria. Esta propiedad explica su doble función como analgésico y antipirético.
La Relación entre Paracetamol y Trastornos del Espectro Autista
Es más preciso hablar de **trastornos del espectro autista (TEA)** en lugar de autismo. Diversos estudios han sugerido que el paracetamol podría comprometer el desarrollo neurológico fetal, incrementando el riesgo de condiciones como los TEA y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Por ejemplo, se ha observado que neonatos con **altos niveles de metabolitos de paracetamol** en el cordón umbilical exhiben un riesgo superior de desarrollar estos trastornos con el tiempo, indicando la exposición materna al fármaco.
Un estudio publicado en 2024 por científicos del Instituto Karolinska en Suecia, que involucró a casi 2.5 millones de niños nacidos entre 1995 y 2019, siguió a los participantes hasta 2021. De los 185.909 niños expuestos a paracetamol durante el embarazo, el riesgo de desarrollar TEA a los 10 años fue del **1,53 %**, frente al 1,33 % en el grupo no expuesto. Aunque la diferencia es significativa, se reduce considerablemente y pierde significancia cuando se aplica el **control de hermanos**, una metodología que compara el riesgo entre hermanos expuestos y no expuestos para aislar el factor genético del farmacológico.
Posibles Mecanismos Implicados
Aunque las causas exactas no están completamente dilucidadas, algunas revisiones científicas proponen hipótesis con base lógica. Se sugiere que la inhibición de prostaglandinas, vitales para funciones cerebrales como el aprendizaje espacial y la plasticidad sináptica, podría afectar el desarrollo neurológico. No obstante, se plantea una alternativa: el sistema endocannabinoide, involucrado en la inmunidad y el desarrollo cerebral, podría verse alterado. En este escenario, la **propia condición dolorosa o inflamatoria de la madre**, y no el paracetamol, sería el factor de riesgo para el feto. Esta hipótesis requiere estudios específicos que aborden estos **factores de confusión**.
La veracidad y la solidez de los estudios que presentará el Gobierno de Donald Trump son cruciales, especialmente considerando el historial del asesor sanitario del expresidente, quien defendió un estudio retractado que vinculaba las vacunas con el autismo. Por ende, la información proveniente de esta administración debe ser analizada con **extrema cautela**. Lo que sí es indiscutible es la necesidad de un uso prudente del paracetamol, solo cuando sea estrictamente necesario. La potencial influencia negativa se ha observado principalmente en el **segundo y tercer trimestre** del embarazo, lo que exige una mayor consideración sobre el consumo puntual en esos períodos. La expectativa está puesta en si el Gobierno estadounidense presentará una alternativa eficaz. Hasta entonces, la información debe ser recibida con reservas.
