El retorno a las actividades escolares, una transición que marca el fin del periodo vacacional, representa un desafío emocional significativo tanto para los estudiantes como para sus padres. Este proceso de readaptación a las rutinas académicas puede generar cuadros de estrés y ansiedad en los niños, sentimientos que, según especialistas, requieren de una atención y acompañamiento adecuados para asegurar un comienzo de año exitoso.
El cambio de horarios, el abandono de un entorno de descanso y la reincorporación a un ambiente estructurado pueden manifestarse a través de nerviosismo, preocupación y dificultades de adaptación, especialmente durante los primeros días. Los expertos advierten que minimizar estos temores puede tener un impacto considerable en la autoestima del niño, generando inseguridades que podrían afectar su rendimiento académico y su bienestar general. Sin embargo, este periodo también constituye una valiosa oportunidad para el crecimiento y desarrollo emocional, fortaleciendo habilidades sociales y fomentando la curiosidad por el aprendizaje.
Estrategias para una Transición Exitosa
Para facilitar este proceso, los psicólogos infantiles sugieren varias estrategias centradas en el apoyo familiar. La principal es mantener una comunicación abierta y empática, permitiendo que los niños expresen sus preocupaciones e ilusiones sin ser juzgados. Es fundamental validar sus sentimientos y ofrecerles seguridad.
Otra herramienta clave es el restablecimiento gradual de rutinas saludables. Establecer horarios fijos de sueño y estudio días antes del inicio de clases ayuda a que la transición sea menos drástica. Asimismo, involucrar a los niños en la preparación del material escolar con antelación puede reducir la incertidumbre y generar una actitud positiva hacia el regreso.
Finalmente, es importante que los padres proyecten calma y confianza. Presentar el entorno escolar de manera positiva, destacando aspectos como el reencuentro con amigos o el aprendizaje de nuevas materias, contribuye a moldear la percepción del niño. En los casos en que la ansiedad o las dificultades de adaptación se intensifiquen, se recomienda buscar la orientación de un profesional de la salud mental.