Un reciente estudio realizado en Estados Unidos ha determinado que Wegovy, un medicamento basado en el principio activo semaglutida y aprobado para el tratamiento de la obesidad, tiene un impacto significativo en la reducción de los pensamientos obsesivos relacionados con la comida. La investigación evaluó a 550 pacientes que utilizaban el fármaco con el objetivo de analizar sus efectos tanto en la salud mental como en los hábitos alimenticios.
Los resultados indicaron que el tratamiento con Wegovy consigue una disminución notable en la frecuencia de pensamientos constantes sobre la comida, lo que facilita una relación más saludable con la alimentación. Este beneficio psicológico se suma a otros efectos positivos reportados, como una mejora en la salud cardiovascular, que podría estar asociada tanto a la pérdida de peso como a mecanismos metabólicos directos del fármaco. De este modo, el medicamento se posiciona como una herramienta integral en el manejo de la obesidad, una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial.
Riesgos y consideraciones médicas
A pesar de sus beneficios, el tratamiento con Wegovy no está exento de efectos adversos. Los más comunes son de naturaleza gastrointestinal e incluyen náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Si bien suelen ser transitorios, pueden generar un malestar considerable en los pacientes.
Asimismo, se han descrito complicaciones más graves, como pancreatitis, problemas en la vesícula biliar asociados a una rápida pérdida de peso, aumento de la frecuencia cardíaca en reposo y, en casos severos, lesiones renales agudas por deshidratación. Además, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha emitido una alerta sobre una posible relación entre la semaglutida y la pérdida súbita de visión. Estudios en animales también han mostrado un riesgo de tumores en la tiroides, aunque este efecto aún no ha sido confirmado en humanos.
Los especialistas subrayan que el uso de Wegovy debe ser estrictamente supervisado por un profesional médico y debe complementarse con cambios en el estilo de vida, como una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico. Un aspecto crucial es que, tras la suspensión del tratamiento, muchos pacientes tienden a recuperar el peso perdido, lo que plantea la posibilidad de que su uso deba ser mantenido a largo plazo para conservar los resultados.