Un reciente análisis de datos de adultos estadounidenses sugiere que, si bien las horas de sueño perdidas durante la semana no se pueden recuperar por completo, aumentarlas de forma moderada durante el fin de semana puede asociarse con una reducción en el riesgo de desarrollar síntomas de depresión. El efecto parece ser más pronunciado en hombres y en personas menores de 65 años.
El estudio, basado en la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) realizada entre 2017 y 2020, examinó la relación entre el sueño de recuperación de fin de semana y la presencia de síntomas depresivos, medidos con herramientas estandarizadas como el Cuestionario de Salud del Paciente (PHQ-9).
Los investigadores definieron el sueño de recuperación moderado como aquel que añade entre una y dos horas más de lo habitual durante los días de descanso. Según los resultados, esta práctica se correlaciona con una disminución significativa de los síntomas depresivos. La hipótesis es que este descanso adicional ayuda a compensar parcialmente el déficit de sueño acumulado, lo que podría traducirse en un mayor bienestar psicológico.
El aparente efecto protector fue más evidente en individuos que duermen menos de lo recomendado de lunes a viernes. En estos casos, un descanso adicional en el fin de semana parece ofrecer un alivio que reduce el malestar emocional. El análisis también detectó diferencias demográficas, indicando que los hombres y los adultos jóvenes o de mediana edad se beneficiaron en mayor medida que las mujeres y los mayores de 65 años.
Sin embargo, los investigadores advierten que los beneficios no son ilimitados. Dormir más de dos horas adicionales durante el fin de semana no mostró un efecto protector contra la depresión y, en ciertos casos, se asoció incluso con un riesgo mayor. Esto sugiere una relación no lineal, donde un exceso de sueño podría ser un indicador de problemas subyacentes o de alteraciones en el ritmo circadiano que afectan negativamente la salud mental.
Aunque los hallazgos no establecen una relación de causa y efecto, aportan evidencia epidemiológica de que un sueño de recuperación moderado podría ser una estrategia complementaria para quienes no logran un descanso suficiente durante la semana. No obstante, los especialistas reiteran que la solución más efectiva sigue siendo mantener una rutina de sueño regular y suficiente a lo largo de toda la semana.