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Anna Kournikova y Enrique Iglesias esperan su cuarto hijo en medio de una estricta privacidad

La extenista rusa, de 44 años, y el cantante español, quienes han mantenido su vida familiar alejada del escrutinio público por más de dos décadas, ampliarán su familia mientras continúan residiendo en su fuertemente custodiada mansión de Miami.
Anna Kournikova y Enrique Iglesias llevan más de 20 años juntos y ahora esperan por su cuarto hijo (foto: Internet).

Un nuevo capítulo en una vida de hermetismo

Anna Kournikova, la exestrella del tenis que se convirtió en un ícono cultural a finales de los años noventa, espera su cuarto hijo a los 44 años. La noticia confirma el hermetismo que ha definido su vida junto al cantante Enrique Iglesias, con quien ha construido una familia lejos del escrutinio público durante más de dos décadas en Miami.

La pareja, que se conoció en 2001, reside en una mansión protegida por un muro de casi cinco metros de altura con sus tres hijos: los mellizos Lucy y Nicholas, de siete años, y Mary, de cinco. El nuevo embarazo, que se encontraría a mitad de gestación, se alinea con la discreción que ha caracterizado su relación, cuyo estado civil sigue siendo objeto de especulación. Iglesias ha comentado previamente: “No nos hemos casado en público, pero eso no significa que no estemos casados”.

Del estrellato mediático a la reclusión

El retiro de Kournikova del tenis profesional a los 21 años, debido a una lesión crónica de espalda, marcó el inicio de su distanciamiento de la vida pública. Su búsqueda de privacidad se intensificó tras un incidente de acoso en 2005, cuando un hombre intentó llegar a su propiedad nadando por la bahía de Biscayne. El suceso la llevó a reforzar la seguridad de su hogar con guardaespaldas y sistemas de ciberseguridad. “Estaba absolutamente conmocionada y asustada, y me preocupaba mucho por mi seguridad”, declaró en aquel entonces.

Esta reclusión contrasta notablemente con su pasado como una de las deportistas más mediáticas de su tiempo. Durante su carrera, fue objeto de una intensa atención mediática, protagonizó campañas publicitarias globales y fue elegida la “Mujer más sexy del mundo” por la revista FHM en 2002. Su notoriedad fue tal que su nombre inspiró un virus informático de propagación masiva en 2001.

Legado deportivo y su influencia en el tenis

A pesar de las críticas por no haber ganado un título individual en el circuito mayor, la carrera de Kournikova fue notable. Alcanzó las semifinales de Wimbledon en 1997 y llegó a ser la número 8 del ranking mundial en individuales. Su mayor éxito se produjo en la modalidad de dobles, donde, junto a Martina Hingis, ganó dos títulos del Abierto de Australia y alcanzó el número 1 del mundo en 1999.

Su impacto en el tenis ruso es ampliamente reconocido. Abrió el camino para una generación de jugadoras que dominaron el deporte tras su retiro. Svetlana Kuznetsova, campeona de Grand Slam, afirmó en 2017: “Ella llevó la popularidad del tenis femenino ruso a otro nivel. Todas las que vinimos después seguimos su estela”.

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