El Ejército de Israel defendió este martes un ataque ejecutado contra el hospital Nasser, ubicado en Jan Yunis, al sur de la Franja de Gaza. La justificación militar se basó en la afirmación de que el complejo albergaba una cámara utilizada por Hamás para la vigilancia de sus tropas. Según un comandante del Mando Sur del ejército, las fuerzas israelíes actuaron para neutralizar dicha “amenaza”.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) sostienen que la operación se llevó a cabo con base en información de inteligencia que indicaba el uso militar de las instalaciones hospitalarias. El comunicado militar añadió que al menos seis de las víctimas eran militantes, incluyendo uno presuntamente vinculado a los ataques del 7 de octubre de 2023. Asimismo, las FDI recalcaron que no atacan a periodistas de manera deliberada.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad de Gaza, administrado por Hamás, informó que el bombardeo tuvo un saldo de 20 muertos, entre ellos cinco periodistas y varios trabajadores sanitarios. Según su reporte, un primer proyectil impactó en el cuarto piso del edificio, mientras que un segundo impacto ocurrió en el momento en que llegaban ambulancias al lugar.
La comunidad internacional ha reaccionado con severidad. Naciones Unidas insistió en que la investigación israelí sobre el incidente debe producir resultados concretos. Un portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU declaró que los ataques contra civiles y periodistas deben ser investigados de forma exhaustiva e independiente, y señaló que al menos 247 periodistas palestinos han muerto desde el inicio del conflicto. “Hasta ahora no hemos visto medidas de rendición de cuentas. Esto es inaceptable”, afirmó.
La Comisión Europea también calificó el ataque de “inaceptable”. Portavoces del organismo reclamaron la protección de civiles y periodistas conforme al derecho internacional y pidieron que Israel respete el derecho humanitario, garantizando investigaciones transparentes. Una comisionada de la UE destacó la urgencia de detener la violencia contra quienes informan sobre la situación y de proteger al personal médico y de rescate.
Desde octubre de 2023, la ofensiva israelí ha dejado más de 62,800 palestinos muertos y 157,600 heridos, mientras la crisis humanitaria en Gaza se agrava por las restricciones a la entrega de ayuda. Diversos actores internacionales continúan exigiendo un alto el fuego inmediato y la implementación de medidas para garantizar la seguridad de la población civil y los periodistas en la zona.