El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció en un encuentro con la prensa internacional que su país enfrenta una amenaza militar por parte de Estados Unidos, la cual describió como “la mayor que se haya visto en nuestro continente en los últimos 100 años”. Según el mandatario, ocho barcos militares estadounidenses y más de 1,200 misiles están actualmente apuntando hacia territorio venezolano.
Maduro calificó la situación de “extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal”, e instó a la comunidad internacional a adherirse al Tratado de Tlatelolco, que proscribe las armas nucleares en América Latina y el Caribe. En respuesta a esta presunta amenaza, el gobierno venezolano ha iniciado un despliegue militar preventivo. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, afirmó que las fuerzas armadas están preparadas para “luchar si se atreven a poner un pie en Venezuela”. Las autoridades informaron que más de 10,000 efectivos han sido desplegados dentro del país y otros 15,000 en la frontera con Colombia.
Tensiones diplomáticas y la postura internacional
El gobierno venezolano atribuye la escalada de la tensión a la influencia del senador estadounidense Marco Rubio sobre la administración del expresidente Donald Trump. Maduro advirtió que “Donald Trump debe cuidarse de Marco Rubio”, a quien acusa de exacerbar el conflicto. En un esfuerzo diplomático paralelo, la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, ha intentado establecer un canal de comunicación con Melania Trump para abordar temas humanitarios.
La denuncia ha generado reacciones en la región. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) convocó a una reunión de emergencia para analizar las implicaciones para la paz y la seguridad regional. Rusia también expresó su “pleno apoyo y solidaridad” con Venezuela a través de su viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, quien rechazó el uso de la fuerza contra Estados independientes.
Maduro comparó la situación actual con episodios históricos que, según él, fueron utilizados para justificar intervenciones militares, como el incidente del barco Maine en Cuba, el Golfo de Tonkín en Vietnam y las acusaciones sobre armas de destrucción masiva en Irak. “Con la verdad de Venezuela derrotaremos todos los relatos y todas las mentiras”, afirmó.
Economía y advertencias regionales
En el ámbito económico, el presidente aseguró que la producción petrolera del país “va muy bien” y proyectó un crecimiento del PIB de hasta un 9% para este año. Invitó a la inversión extranjera, incluyendo la estadounidense, mencionando que empresas como Chevron ya operan en el país. “Aquí mandan los venezolanos, y quien quiera venir a invertir es bienvenido”, declaró, dirigiéndose también a los inversores europeos.
Mientras el gobierno de Maduro acusa a Estados Unidos de buscar un cambio de régimen, Washington ha justificado sus operaciones en el Caribe como parte de la lucha contra el narcotráfico, apuntando a organizaciones como el Tren de Aragua y el Cártel de los Soles. El presidente colombiano, Gustavo Petro, también se pronunció sobre el riesgo de un conflicto, advirtiendo que una agresión violenta contra Venezuela podría desestabilizar a toda la región, replicando escenarios como los de Siria e Irak.