Un Símbolo de Resistencia
Petardo, el perro mestizo que se convirtió en un emblema de las protestas cívicas de 2015 en Bolivia, falleció este lunes a la edad de 14 años. Su notoriedad surgió tras unirse y completar una marcha de más de 500 kilómetros organizada por el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) desde Potosí hasta La Paz, la sede de gobierno.
El animal se unió espontáneamente a la columna de manifestantes en la carretera, cerca de la localidad de Caracollo. Durante semanas, se mantuvo al frente de la movilización, soportando las inclemencias del clima del altiplano y las medidas de contención policial, que incluyeron el uso de gases lacrimógenos y cañones de agua. Su perseverancia lo transformó en una figura central de la protesta, a menudo vitoreado y adornado por los participantes.
De la Protesta a la Fama
La historia de Petardo trascendió las fronteras nacionales. En agosto de 2015, la cadena británica BBC publicó un reportaje sobre su participación en la marcha, lo que amplificó su reconocimiento internacional. En las redes sociales, su figura inspiró la creación de comunidades con miles de seguidores, consolidándolo como un estandarte de la causa potosina.
Una vez concluidas las movilizaciones, Petardo fue adoptado por la presidenta de la Asociación Protectora de Animales de Potosí. Pasó sus últimos años en un hogar junto a otros animales rescatados, alejado del activismo que lo hizo famoso. En sus últimos meses, enfrentó una enfermedad oncológica que, a pesar de recibir tratamiento, terminó con su vida.
Su fallecimiento generó una ola de reacciones en las redes sociales, donde usuarios lo despidieron como un “héroe de cuatro patas” y un símbolo de “valentía y lealtad”. Su legado perdura como un recordatorio del papel inesperado que un animal puede jugar en los movimientos sociales.