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Recomendaciones para prevenir la trombosis en vuelos de larga duración

Permanecer inmóvil durante vuelos prolongados aumenta el riesgo de coágulos sanguíneos. Expertos ofrecen recomendaciones y ejercicios para mantener la circulación y viajar de forma segura.

Los viajes aéreos de larga distancia, si bien conectan al mundo, conllevan riesgos para la salud asociados a la inmovilidad prolongada. Permanecer sentado durante horas en un espacio reducido puede afectar la circulación y elevar significativamente el riesgo de desarrollar coágulos sanguíneos, una condición conocida como trombosis venosa profunda.

Esta afección, a menudo denominada “trombosis del viajero” o “síndrome de la clase turista”, puede manifestarse en cualquier persona que permanezca en una misma posición durante más de cuatro horas. Los síntomas suelen aparecer durante el vuelo o incluso semanas después, e incluyen hinchazón en la pantorrilla o el muslo, dolor en una extremidad, sensación de hormigueo, coloración azulada o enrojecimiento de la piel y, en algunos casos, dificultad para caminar.

Existen factores que aumentan la vulnerabilidad, como la obesidad, una predisposición genética a la coagulación, padecimientos cardíacos o respiratorios preexistentes y la edad avanzada. Sin embargo, se pueden adoptar medidas preventivas para mitigar el riesgo.

Estrategias de prevención

La prevención comienza incluso antes de abordar. Se recomienda elegir asientos que ofrezcan mayor espacio para las piernas, como los ubicados en las salidas de emergencia o en el pasillo, ya que facilitan la movilidad. Una vez en el aire, es fundamental levantarse y caminar por la cabina cada dos o tres horas para activar la circulación en las piernas.

Otras medidas clave incluyen vestir ropa holgada y calzado cómodo, evitar cruzar las piernas y mantener libre el espacio debajo del asiento delantero para poder estirarlas. La hidratación es crucial, por lo que se aconseja beber abundantes líquidos, principalmente agua, y evitar el consumo de alcohol o cafeína, que pueden contribuir a la deshidratación.

Para las personas con insuficiencia venosa o mala circulación, es aconsejable una consulta médica previa al viaje. Un especialista puede recomendar el uso de medias de compresión o, en casos específicos, prescribir medicación para reducir el riesgo de formación de coágulos.

Ejercicios en el asiento

Incluso sin levantarse, es posible realizar ejercicios para estimular el flujo sanguíneo. Expertos en medicina física recomiendan los ejercicios isométricos, que consisten en contraer los músculos sin generar movimiento articular. Por ejemplo, se pueden presionar firmemente los pies contra el suelo durante ocho segundos y luego relajar, repitiendo el ciclo varias veces para activar los músculos de las piernas y los glúteos.

De manera similar, se puede trabajar la parte superior del cuerpo empujando las manos contra los reposabrazos, como si se intentara levantar del asiento, manteniendo la tensión por unos segundos antes de soltar. Para aliviar la tensión en el cuello, una zona comúnmente afectada, se pueden realizar suaves movimientos circulares y estiramientos laterales, inclinando la cabeza hacia un hombro mientras se intenta extender el brazo opuesto hacia el suelo. El uso de un cojín de viaje también proporciona soporte y previene posturas inadecuadas durante el sueño.

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