Cargando...

Dolar 6.96Bs / USDT 6.96Bs

Ridley Scott, a los 87 años, reflexiona sobre su carrera, la crítica y su independencia creativa

El director británico de 87 años revela en una entrevista su método de trabajo, su desdén por las fórmulas de Hollywood y su tensa relación con la crítica, mientras mantiene una prolífica carrera.
El director británico mantiene su independencia y eficiencia en la industria cinematográfica a los 87 años (Créditos: Internet)

Un director inmune al paso del tiempo

A sus 87 años, el director británico Ridley Scott, responsable de obras fundamentales del cine como Blade Runner, Alien y Gladiador, mantiene una energía y una visión que desafían las convenciones de la industria. En una reciente conversación con The Guardian, Scott ofreció una mirada a su faceta más personal, reafirmando su independencia creativa y un método de trabajo que se ha vuelto más eficiente con los años.

Lejos de ser un obstáculo, la edad ha refinado su proceso. Scott explicó que actualmente coordina hasta once cámaras por rodaje, lo que le permite finalizar proyectos en tiempos récord. Su última película, detalló, fue concluida en 34 días, mientras que Gladiador le tomó solo 48 días, una cifra notablemente inferior a los 100 días que suele requerir una producción de similar escala. Esta eficiencia, según el cineasta, se debe a una planificación minuciosa y a su capacidad para visualizar el guion gráfico mentalmente antes de llegar al set.

La independencia frente a Hollywood

Uno de los momentos que define su carrera fue su decisión de rechazar la dirección de la tercera entrega de la saga Terminator. Scott relató que le ofrecieron una tarifa considerable para el proyecto. “Estoy orgulloso de esto. Rechacé una tarifa de USD 20 millones. No me pueden comprar, amigo”, señaló.

Incluso después de que le confirmaran que recibiría el mismo salario que el actor Arnold Schwarzenegger, Scott declinó la oferta al considerar que no encajaba con su perfil. “Terminator es puro cómic. Yo intentaría hacerlo real, y por eso nunca me pidieron dirigir una película de Bond: podría arruinarla”, reflexionó.

Una relación conflictiva con la crítica

La relación de Scott con la crítica cinematográfica ha sido tensa, marcada por una reseña en particular. Tras el estreno de Blade Runner, la crítica Pauline Kael de The New Yorker publicó un texto especialmente duro que tuvo un impacto duradero en el director. “Nunca he vuelto a leer otra crítica desde entonces”, confesó Scott.

Como un acto de desafío personal, enmarcó esa crítica y la conserva en su oficina. Ocasionalmente, la observa y piensa: “Que te den, Pauline”.

Recuerdos personales y un museo privado

Durante la entrevista, Scott evocó su infancia en Stockton-on-Tees y recordó sus inicios en la publicidad, donde dirigió varios anuncios para la marca de pan Hovis en los años 70. También rememoró el apoyo incondicional de su padre, un general de brigada que lo animó a seguir una carrera artística.

Actualmente, el director reside parte del año en un viñedo cerca de Aviñón, en Francia. Allí ha creado un museo personal en una sala de más de 1.100 metros cuadrados, donde exhibe piezas icónicas de sus películas, como los trajes espaciales de The Martian, Alien y Prometheus. Su próximo objetivo, afirmó, es adquirir el detector Voight-Kampff de Blade Runner, lamentando que el artefacto original fuera robado del set.

A pesar de su imponente filmografía, Scott no oculta su aprecio por la cultura popular. Reconoció su gusto por la película Muriel’s Wedding y admitió que todavía canta canciones de Abba en la ducha. Sobre su conocido estilo frontal, aseguró que no se ha suavizado con los años. “Era mucho peor en mis 50”, bromeó, concluyendo que si el uso de ciertas expresiones denota inteligencia, entonces él debe ser “muy listo”.

RATING

1568 VIEWS
32 COMMENTS

Share To

TE PUEDE GUSTAR