El control sobre los derechos de autor de la obra de Miles Davis ha entrado en una nueva fase tras la adquisición de su catálogo por parte de Reservoir Media, una compañía especializada en la gestión de derechos editoriales. La operación, que se produce a menos de un año del centenario del nacimiento del legendario trompetista, incluye tanto sus composiciones como una participación en los ingresos de sus grabaciones.
El acuerdo, cerrado en agosto, otorga a Reservoir Media el 90% de los derechos de publicación del catálogo de Davis, además de una cuota de los ingresos generados por las grabaciones y un pacto con el patrimonio familiar para administrar conjuntamente el uso del nombre e imagen del artista, fallecido en 1991. No obstante, Sony Music conserva el control sobre las grabaciones maestras de gran parte de la carrera de Davis, incluido su influyente álbum de 1959, Kind of Blue.
Reservoir, una firma musical independiente fundada en 2007 que cotiza en bolsa desde 2021, ha calificado la transacción como "una oportunidad única en la vida", según expresó su presidenta ejecutiva, Golnar Khosrowshahi. La empresa ha consolidado una cartera de activos musicales que incluye los catálogos de artistas como Sheryl Crow, The Isley Brothers y el saxofonista Sonny Rollins. "No somos un tenedor pasivo de propiedad intelectual", destacó Khosrowshahi. "Tenemos una plataforma activa".
Durante años, la familia de Miles Davis había administrado directamente su legado, supervisando la explotación de sus composiciones para mantener la integridad artística de la obra. Los herederos del músico manifestaron su confianza en la nueva alianza. "Queremos que la música de Miles siga viva y accesible para todos", señalaron en un comunicado su hijo, Erin Davis, y su sobrino, Vince Wilburn Jr., quienes representaron a la familia en la negociación.
El catálogo adquirido por Reservoir incluye más de 250 composiciones. La compañía ha anunciado planes para impulsar la presencia de estas obras en plataformas digitales, así como fomentar su uso en producciones audiovisuales y proyectos educativos. Esta operación se inscribe en una tendencia creciente en la industria musical, donde empresas especializadas adquieren repertorios históricos para capitalizar su valor en un mercado globalizado, asegurando una mayor visibilidad y nuevas formas de difusión para las futuras generaciones.