La basílica de la Sagrada Familia en Barcelona tiene como objetivo finalizar su torre más alta en 2026, a tiempo para conmemorar el centenario de la muerte de su arquitecto, Antoni Gaudí. La Junta Constructora del templo ha confirmado que se ha extendido una invitación formal al Vaticano para que el Papa asista a los eventos programados.
Esteve Camps, presidente delegado de la Junta, indicó en una rueda de prensa que la solicitud para la asistencia del Santo Padre ya ha sido tramitada y se espera una respuesta durante este mes. El hito principal de la conmemoración será la finalización de la Torre de Jesucristo, la estructura central y más alta del complejo diseño de Gaudí.
El culmen de la obra de Gaudí
La torre alcanzará una altura de 172,5 metros y será coronada por una cruz monumental. Su culminación está prevista para los primeros meses de 2026. Siguiendo la visión del arquitecto modernista, la altura de la torre será deliberadamente inferior a la de la montaña de Montjuic, que con 177 metros seguirá siendo el punto más elevado de la ciudad.
Se espera que la estructura esté libre de andamios para una misa solemne en honor a Gaudí, quien falleció el 10 de junio de 1926. Este evento será el acto central de una serie de celebraciones que se extenderán por varios meses. La construcción del templo se financia principalmente con donativos y los ingresos generados por las entradas de turistas, que alcanzaron casi 4,9 millones de visitantes el año pasado.
Incertidumbre sobre la finalización total
A pesar de este avance, la finalización completa de la basílica, cuya construcción comenzó en 1882, no ocurrirá en 2026. La pandemia de coronavirus provocó una interrupción en las obras y una drástica caída en los ingresos, lo que obligó a descartar el objetivo inicial de terminar todo el proyecto para el centenario.
Actualmente, la junta constructora evita fijar una nueva fecha definitiva. “Hemos hablado de unos diez años, pero es una previsión estimativa”, señaló el arquitecto director, Jordi Faulí. Uno de los principales obstáculos restantes es la construcción de una gran escalinata de acceso a la fachada principal. Dicho proyecto requeriría el derribo de bloques de viviendas existentes y es objeto de complejas negociaciones con el Ayuntamiento de Barcelona.