El robo de un pan para alimentar a una familia hambrienta desencadena una condena de diecinueve años de prisión y una vida marcada por la persecución. Esta es la premisa que inicia 'Los miserables', la monumental obra de Víctor Hugo, y que establece de inmediato la tensión central que recorre sus páginas: el abismo entre la estricta aplicación de la ley y la compasión humana.
Publicada en 1862, la novela trasciende la historia de su protagonista, Jean Valjean, para ofrecer un detallado fresco social de la Francia del siglo XIX. A través de sus personajes, Hugo expone las profundas heridas de una sociedad definida por la pobreza, la desigualdad sistémica y la inflexibilidad de sus instituciones legales y penales. Las calles de París se convierten en el escenario de destinos trágicos y luchas por la redención, dando voz a los sectores marginados de la sociedad.
Víctor Hugo (1802-1885), además de ser una figura central del Romanticismo francés como poeta, dramaturgo y novelista, fue un activo participante en la vida política de su tiempo. Su compromiso con causas como la abolición de la pena de muerte y su denuncia constante de la miseria social, forjadas en parte durante sus años de exilio, impregnan la narrativa de la obra. 'Los miserables' sintetiza su visión sobre la capacidad de transformación del ser humano y la necesidad de la empatía como valor social fundamental.
El trayecto de la redención
La estructura de la novela sigue el largo camino de Valjean desde su delito inicial hasta su redención final, siempre bajo la sombra del implacable inspector Javert, encarnación de un sistema legal que no concibe el perdón. En su recorrido, su vida se entrelaza con las de otros personajes marcados por la adversidad: Fantina, una obrera que cae en la indigencia para salvar a su hija; Cosette, la niña rescatada del abuso; y Marius, un joven idealista que se une a los levantamientos revolucionarios. A través de estas historias interconectadas, Hugo explora el conflicto permanente entre el individuo y las estructuras de poder.
Desde su publicación, 'Los miserables' generó un intenso debate. Mientras los sectores conservadores criticaron su dura exposición de la miseria urbana y su cuestionamiento al sistema penal, la obra fue celebrada por su valentía y rápidamente traducida a múltiples idiomas, convirtiéndose en un estandarte para reformadores sociales y lectores de todo el mundo.
Más de 160 años después, la novela conserva una notable vigencia, impulsada en gran medida por sus exitosas adaptaciones. El siglo XX y el XXI han visto la historia renacer en el cine y el teatro, destacando la emblemática adaptación musical de Claude-Michel Schönberg y Alain Boublil (1980) y la versión cinematográfica dirigida por Tom Hooper (2012). Estas relecturas han permitido que nuevas generaciones se acerquen a la complejidad de la obra original.
El debate sobre la justicia, la marginalización y la posibilidad de reinserción social sigue encontrando eco en las preguntas planteadas por Hugo. El autor sostenía que mientras la exclusión y el hambre existieran, su libro mantendría su urgencia. La escena inicial del robo del pan y la persecución que le sucede continúan interpelando a los lectores sobre el verdadero sentido de la justicia y la responsabilidad colectiva frente a la desigualdad, confirmando la condición de la novela como un relato universal y atemporal.