La Cámara de Diputados de Bolivia ha aprobado una ley que designa el 10 de noviembre como el Día Nacional del Tannat. Esta fecha conmemora el primer registro de la plantación de esta variedad de uva en suelo boliviano, un hito que marcó el inicio de la destacada trayectoria del vino boliviano en el ámbito internacional, con sus variantes de Tannat siendo reconocidas entre las mejores del mundo.
El Tannat es una cepa conocida por sus potentes taninos, que históricamente han presentado desafíos en su vinificación. No obstante, las condiciones únicas de los viñedos bolivianos, ubicados a gran altura, junto con la experiencia de los vitivinicultores locales, han permitido que el Tannat cultivado en el país desarrolle matices más suaves y delicados en comparación con otras regiones productoras a nivel global.
La primera introducción de esta variedad se remonta a la Finca El Origen de la Bodega Aranjuez, una de las bodegas más antiguas y prestigiosas de Bolivia. El Tannat fue una de las dieciséis variedades importadas de un vivero francés. Tras confirmar su excelente adaptación al terroir boliviano, la vinificación comercial de Tannat comenzó en 2008, con el lanzamiento del primer varietal de Aranjuez, que gozó de considerable aceptación. Un punto de inflexión fue en 2013, cuando el vino Juan Cruz obtuvo la primera medalla Gran Oro para Bolivia en un concurso celebrado en Uruguay, un país con una fuerte tradición en el cultivo de esta cepa.
Este logro catapultó el interés internacional en el Tannat boliviano. Desde entonces, los reconocimientos y premios se han multiplicado, beneficiando no solo a Bodega Aranjuez sino también a otras bodegas nacionales que han invertido esfuerzo y dedicación en el cultivo y elaboración de esta uva.
Actualmente, el Tannat es la cepa tinta vinífera más cultivada en el país y es un componente fundamental en el portafolio de la mayoría de las bodegas bolivianas. Su presencia se extiende por importantes zonas vitivinícolas como Tarija, Los Cintis, Samaipata y Cochabamba, entre otras.
La reciente declaratoria de la Cámara de Diputados se alinea con iniciativas previas del Concejo Municipal de Tarija y la Gobernación de dicho departamento. El gerente ejecutivo de la Asociación de Vinos y Singanis de Bolivia (ANIV), Fernando Galarza, subrayó que esta ley constituye un reconocimiento al valor del Tannat para la vitivinicultura nacional, resaltando su contribución al desarrollo económico, la generación de empleo y la riqueza para los productores, así como el esfuerzo de las bodegas bolivianas por posicionar sus vinos en el mercado global. Galarza afirmó: «Esta ley fortalece un sector clave que necesita más apoyo y mejores condiciones para crecer y posicionarse internacionalmente».
Representantes del sector vinícola boliviano han destacado que, aunque la plantación inicial de Tannat fue liderada por pioneros como Bodega Aranjuez, la consolidación de esta cepa como símbolo del vino tinto boliviano es fruto de un esfuerzo colectivo entre productores y bodegas, elevándola a la categoría de patrimonio nacional.