Análisis de los resultados electorales
Tras las recientes elecciones generales, el expresidente Evo Morales ha interpretado el 19% de votos nulos como una victoria política, atribuyéndose el resultado como una respuesta de sus seguidores a su llamado a anular el sufragio. Sin embargo, el analista Carlos Cordero ofrece una perspectiva distinta, argumentando que este desenlace representa en realidad una derrota para el exmandatario.
Según Cordero, aunque el voto nulo es una expresión de descontento con el sistema político, el objetivo principal de Morales no era simplemente sumar votos de protesta, sino obstaculizar el proceso electoral hasta que se le permitiera participar como candidato. Este propósito, subraya el analista, no se cumplió.
“El señor Evo Morales y el evismo desde hace un año buscaron la quiebra y la crisis de la democracia y fracasaron”, afirmó Cordero. El analista enumeró los supuestos intentos fallidos de la facción de Morales, que incluían peticiones para la renuncia del presidente Luis Arce, la habilitación de la candidatura de Morales y la suspensión del proceso electoral, además de presuntas amenazas de generar disturbios.
Las cifras del voto nulo
Antes de los comicios, los seguidores del expresidente habían manifestado la expectativa de superar el 50% de votos nulos. El resultado final del 19% se sitúa considerablemente por debajo de esa meta. Si se considera que el promedio histórico de voto nulo en elecciones bolivianas ronda el 4%, el capital político atribuible directamente a la campaña de Morales sería de aproximadamente un 15%.
Incluso las proyecciones más moderadas del entorno del exmandatario, como las de su abogado Orlando Ceballos, quien antes de la elección aspiraba a obtener entre un 15% y un 25% para demostrar la fuerza política de Morales, enmarcan el resultado final en el extremo inferior de sus expectativas.
Para Cordero, el voto nulo fue una “protesta controlada, racional y democrática”, una forma de participación dentro del sistema que Morales buscaba desafiar. La celebración de las elecciones sin mayores interrupciones, concluye, es la principal evidencia del fracaso de la estrategia del exmandatario.