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Exmandatario Sánchez de Lozada reaparece con análisis sobre la crisis económica de Bolivia

En el 40º aniversario del Decreto 21060, el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada compara la crisis actual de Bolivia con la de 1985, critica la gestión de los ingresos del gas y propone una fórmula basada en el liberalismo económico y el liderazgo concertador.
Sánchez de Lozada publicó un artículo sobre la situación del país.

El exmandatario evoca el decreto de 1985 para analizar el presente

En el marco del 40º aniversario del Decreto 21060, una norma que redefinió la economía boliviana en la década de 1980 con un enfoque liberal, el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada ha reaparecido en la escena pública con un análisis escrito. En su texto, evoca los logros de aquella medida y sugiere lecciones para enfrentar la crisis que atraviesa actualmente el país.

Sánchez de Lozada recordó la frase del entonces presidente Víctor Paz Estenssoro para describir la situación de 1985: “Bolivia se nos muere”. Según el exmandatario, esa misma afirmación podría aplicarse a la coyuntura presente. Argumentó que el principio del decreto fue concentrar todas las medidas difíciles en una sola norma, bajo la premisa de que “las noticias duras deben darse de una sola vez”, y destacó el valor político de Paz Estenssoro al asumir sus costos.

Logros del 21060 y la diferencia con la crisis actual

En su recuento, Sánchez de Lozada enumeró los pilares del decreto: la creación del “Bolsín” para subastar los dólares del Banco Central, la reducción del gasto público y el déficit fiscal, la liberalización de precios para combatir la escasez, y el aumento del precio de los carburantes acompañado de medidas compensatorias. También mencionó decisiones complejas como el cierre de operaciones mineras no rentables y la reforma de la influencia sindical para atraer inversiones.

Para mitigar el impacto social, destacó la creación de fondos de compensación y el Fondo Social de Emergencia, diseñados para generar empleo y distribuir ingresos. Subrayó además la importancia de los acuerdos parlamentarios, en particular con la bancada de Hugo Bánzer, para garantizar la gobernabilidad.

El exmandatario establece una diferencia fundamental entre la crisis de 1985 y la actual. Mientras que hace cuatro décadas la causa fue externa —el desplome del precio del estaño—, atribuyó la caída actual de los ingresos a factores internos, calificando la falta de inversión en el sector de hidrocarburos como “uno de los mayores crímenes económicos en la historia del país” por el despilfarro de los ingresos del gas.

Una propuesta para el futuro

Basado en esa experiencia histórica, Sánchez de Lozada delineó una propuesta para la Bolivia de hoy. Sostuvo que se requiere un “liderazgo político que debe ser al mismo tiempo firme y concertador”, dispuesto a asumir riesgos. En el plano económico, propuso otorgar “mayor libertad a los agentes económicos” mientras se protege a los sectores más vulnerables. Finalmente, ante la polarización social, regional y étnica, instó a “buscar los factores de unidad que permitan reconstruir Bolivia sin excluir ni privilegiar a nadie”.

Sánchez de Lozada, de 95 años, fue presidente en dos periodos (1993-1997 y 2002-2003). Renunció a su segundo mandato en medio de una grave convulsión social que resultó en decenas de muertes. Desde entonces reside en Estados Unidos y no ha regresado a Bolivia.

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